El agradecimiento

El sentimiento mágico del agradecimiento es uno de los milagros que hacen posible que se verifique la ciencia de hacerse rico. Es una magia que poca gente conoce a fondo y menos aún practica deliberadamente y naturalmente. Siempre vivimos con la impresión de que todo lo que tenemos o lo que nos ocurrirá es producto de nuestros méritos, de nuestra forma de hacer las cosas, de nuestra voluntad, o de nuestra capacidad.

El agradecer tiene dos partes bien diferentes, es decir, se manifiesta de dos modos distintos. Uno de estos modos es el agradecimiento por el pasado, y el otro modo es el agradecimiento por lo que está por venir. En ambos casos decir gracias significa mucho.

Cuando las personas creen en Dios, es habitual que sientan la necesidad de agradecer, pero aún así no son muchos los que lo hacen. Más bien, frecuentemente expresan a Dios sus quejas o sus deseos y se olvidan de agradecerle lo que tienen o lo que tendrán.

En cuanto al agradecimiento por el pasado, por las cosas que tenemos, lo bien que vivimos o la familia que hemos construido, es algo relativamente fácil de hacer, pero aún así pocas personas lo practican. Aquí quiero recordar a las personas que han sufrido mucho, por problemas familiares, personales, enfermedades, y toda clase de desagracias que se abaten sobre una persona. Existe mucha gente que ha sufrido mucho y que parece que no tiene nada para agradecer. Si uno cree en Dios, tiene el consuelo de pensar que Dios le pone esas pruebas para que aprenda algo nuevo o para que temple su espíritu. En ese caso, eso es lo que debería agradecer.

Dejando de lado los casos especiales, la mayoría de las personas comunes, si bien hemos sufrido, pero tenemos mucho más cosas buenas para agradecer que las cosas malas. Pero a veces olvidamos. Olvidamos que estamos vivos, olvidamos los buenos momentos, los buenos sentimientos, las bendiciones recibidas. Nos parece que hubiera sido un mérito propio y no una bendición del cielo.

Sin embargo, es mucho más difícil encontrar una persona que esté dispuesta a agradecer por lo que vendrá, por las cosas que la divinidad, la sustancia, o aquello que está por encima de nosotros le traerá, le otorgará. Pedimos al cielo poniendo como condición el agradecimiento. Si el cielo nos favorece, le pagaremos con agradecimiento. Y esa lógica no tiene sentido.

En primer lugar porque si pedimos sin tener la certeza de que recibiremos, es porque no tenemos fe. Si pedimos acompañados por la fe, sabemos que recibiremos, estamos seguros. Entonces el agradecimiento debe ir de la mano con lo que pidamos. Agradecemos porque sabemos que recibiremos, ya sea lo pedido o algo similar o mejor aún.

Por otro lado, el ser superior no necesita nuestro agradecimiento. Si nos otorga lo que le solicitamos es por su profundo e infinito amor o por nuestro colosal deseo de lograrlo, pero en ningún caso hay nadie allá arriba que haga algo a cambio de algo. Quizás los seres humanos a veces hacemos las cosas para obtener agradecimiento de la persona a la cual ayudamos, lo cual es una muestra más de nuestra ignorancia y de nuestro egoísmo. Pero por encima de nosotros nadie se comporta de esa manera.

En mi caso particular, yo agradezco cada día por estar bien, por haber entendido, por tener más paz y claridad espiritual cada día, pero no agradezco las cosas puntuales que vendrán. Esas vendrán o no si mi espíritu y el del que posee la sabiduría lo deciden, porque saben que es conveniente que me llegue lo solicitado. Pero pretender entender la mente del supremo, o pretender saber por qué la sustancia no fue moldeada convenientemente, no está dentro de mis capacidades, no soy un ser tan elevado ni creo que llegue a serlo durante lo que me resta de vida.

El agradecimiento es un estado de ánimo, o más bien un estado del espíritu, porque no es transitorio. Es un estado en que el alma se siente bendecida por haber recibido los sentimientos que posee y por los que va a recibir. No está agradecida por las cosas materiales, que pertenecen al entorno de lo físico, sino por los sentimientos que la embellecen, que la hacen más noble, más honesta consigo misma y con todos los seres que la rodean. Como dice Wattles, para llegar a cumplir con una existencia elevada hace falta poseer cosas, pero esas cosas están en el plano de este lado, no en el plano del espíritu. Y si las cosas no llegan, alguien sabrá por qué no llegan.

Mientras tanto, el alma (o el espíritu) se siente agradecido de haber podido existir y contemplar toda la belleza que la rodea, comenzando por ella misma. Ese estado, que algunos llaman estado de gracia, es el agradecimiento, la gratitud por lo que es, por haber permitido que lo que es se exprese, sea. En definitiva, el agradecimiento nos conecta con lo superior, con lo poderoso, con lo infinito, y de esa forma logra que las cosas buenas que deseamos lleguen a nosotros.

Autor: Luis

Sufrimos hasta el momento en que nos damos cuenta de que sufrir no es necesario. Apasionado por Vivir Mejor.

4 opiniones en “El agradecimiento”

  1. Este articulo me a gustado mucho. Es lo que todos los dias hago, agrader a nuestra Pachamama, a nuestro Padre Cielo y nuestra Madre Tierra todo lo que me ha dado en el pasado, tengo en el presente y tambien por lo que me dara en el futuro que seguro es lo mejor para mi.Todos somos Uno, y formamos parte del todo. Todo entra y sale de nuestra vida en el momento oportuno para nuestra evolución. Un fuerte abrazo.

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  2. Me ha gustado mucho lo que has escrito, pero como siempre existe algún pero, yo quiero dar mi opinión sobre dos puntos.
    Creo que hay que desterrar el decir que Dios nos pone pruebas, porque no nos las pone, esto son historias de consuelo nuestras, y desde esta premisa, reconocer que lo que nos ocurre es por la ignorancia de no saber quienes somos.
    Hay que preguntarse quién soy yo, o puede que mejor aún, qué soy yo, para averiguarlo. Preguntarse esto y descubrir lo que se és, es muy importante para desterrar el miedo y las dudas sobre si recibiré, no recibiré, lo he hecho bien, lo he hecho mal, y toda una gama de miedos que todos los que estamos en esto conocemos.
    Cada cual crea su propia realidad con lo que piensa y lo que siente. Al asumirlo no cabra culpar al Espíritu Universal por no recibir lo que anhelamos. Hay que ser y no estar siempre queriendo ser. Hay una gran diferencia. El primero significa el aquí y ahora creador y el segundo el incierto futuro que siempre está allí lejos..
    Tampoco me parece correcto decir «… que posee la sabiduría lo deciden…
    Esto anularía nuestro libre albedrío dentro de las leyes que rigen el universo. Que no se entienda esto por soberbia, sino que se nos ha dado la facultad de imaginar en libertad para poder crear nuestra realidad en unión con el universo.
    Si creemos que Dios nos pone pruebas y que hay alguien que decide por nosotros, seguiremos con la mentalidad infantil del miedo y sin tomar la responsabilidad por nuestras acciones, y esto no es evolucionar hacia estados mayores de conciencia, y la humanidad necesita evolucionar para dejar atrás el sufrimiento de tantas personas en este mundo, para dejar de explotar a los animales y que puedan vivir con dignidad, dejar de talar los bosques, dejar de contaminar las aguas de los ríos, los mares, el aire que respiramos y nos da la vida, y en general respetar a todo el planeta. Y lo dejo aquí para que cada cual saque su conclusión si así le parece.
    Por lo demás, de verdad, me ha gustado mucho tu escrito. Gracias, gracias, gracias.

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